II LUNA DE AGOSTO (MARCHA A MEDINA SIDONIA).
Hola a todos.
Este fin de semana, aunque teníamos a la vista una carrera en Sanlucar, decidimos no ir a ella.
Habíamos planeado una marcha caminando de unos 40 kilómetros desde el Meadero de la Reina, en Puerto Real, a Medina Sidonia.
Nos concentramos un grupo de más o menos 30 personas y un perro en la barriada del Meadero de la Reina, en Puerto Real, y a las 7 de la tarde, chispa más o menos emprendimos la marcha.
Los primeros tramos fueron entre risas, ji ji y ja ja, a los pocos metros nos empezaron a adelantar vehículos que se dirigían a celebrar una Boda, desde aquí les doy al bienvenida al Club de los casados.
En el camino de ida se iban sucediendo las subidas y bajadas, pero siempre con una tendencia a subir, lo que iba acumulándose en las piernas, pero nada importante. Decir que durante todo el recorrido el viento de Levante nos dificultó un poco el caminar, pues no nos dio tregua. Decir que hubo rachas, cosas que he comprobado esta mañana, de hasta 70 kilómetros por hora de viento en contra.
El grupo, lógicamente, se iba estirando. Allá por el kilómetro 10 teníamos pactado parar unos 10 minutos, con la idea de ir reagrupándonos así como de reponer algo de fuerzas.
A continuación nos pusimos de nuevo en marcha con la intención de no parar hasta la llegada a las Ventas que se encuentran en la entrada de Medina, cosa que así fue.
Los últimos 3 kilómetros fueron los peores, pues además de que la noche ya había cerrado, el terreno era el que peor condiciones nos iba a ofrecer durante todo el recorrido.
Y así, como el que no quiere la cosa, a las 11 menos cuarto, 3 horas y 45 minutos después de haber salido, llegamos a nuestro punto, que lógicamente era la mitad del camino, pues después había que volver.
En la venta nos pusimos a la acción de reponer fuerzas, que si unas cañas, que si un montadito, otros un plato combinado, cada uno tomó lo que le apetecía, pero siempre con un par de vasos de agua por delante, que, por lo menos yo, había consumido toda la que traía.
Sobre las 12 nos pusimos manos (o piés en este caso) a la obra, que había que empezar la vuelta.
Durante la vuelta teníamos varias cosas a favor. El viento durante todo el recorrido nos iba a coger de espaldas, lo que además de no ofrecerte una resistencia añadida, si te iba a ayudar un poco. Por otro lado el terreno, aunque iba a tener alguna subida importante, como la subida del Berrueco, iba a tener tendencia a bajar, lo que, unido a las ganas que teníamos de llegar, nos iba a dar alas.
Sobre el kilómetro 10, en la subida al Berrueco, hicimos una parada para reagrupar ya que esta vez el estiramiento del grupo era notable. Allí tuvimos un amago de equivocarnos de camino, cosa que después de echar un vistazo a la zona quedó solucionado.
A partir de aquí ya vino la desbandada, durante 2 ó 3 kilómetros, empezamos de nuevo a estirarnos, y el kilómetro 12 David y Mase empezaban a irse. Detrás íbamos Mari y yo.
Si unimos las ganas que teníamos de llegar a que el caminar se iba haciendo machacón, Mari y yo empezamos a correr de forma ligera. Por su parte David y Mase que iban por delante debieron de pensar lo mismo.
Unos metros más tarde los alcanzamos y ya continuamos los 4 juntos hasta el final del camino, pero ya más tiempo corriendo que caminando. Gracias a David, que conocía el terreno mejor que nosotros tres, continuamos sin problemas, pues a nosotros nos surgieron dudas en algún que otro cruce, dudas que se iban disipando a medidas que íbamos reconociendo puntos del terrero que habíamos visto en la ida.
Cuando cruzamos los dos riachuelos y la carretera que lleva al Marquesado, ya sabíamos que habíamos terminado. A la altura del salón de celebraciones de boda, recordais que vimos una boda cuando salíamos, empezamos con la coña, de que si entrabamos a tomar un cubata. Al final nos contentamos con pedirle a un camarero un par de botellas de agua, cosa a la que accedió, siendo muy gratificante un trago de agua bien fresca que estaba.
Ya en los últimos metros, donde el suelo está adoquinado, nos pusimos a trotar de nuevo para llegar de una vez por todas. Allí nos pusimos en contacto con el grupo para informarles que habíamos llegado y que no se asustaran si no nos veían cuando llegaran ellos.
Allí, como no, nos esperaba Ermanué, que cámara en mano, inmortalizó la llegada.
Y nada más, charlamos un par de minutos, no más, y nos despedimos, felicitándonos por haber llegado en buenas condiciones. Al final, la vuelta la conseguimos hacer en 3 horas 20 minutos, habiendo recortado 25 minutos con respecto al recorrido de ida.
En el siguiente enlace teneis algunas fotos que hice durante el recorrido.
http://picasaweb.google.es/dressler11/IILunaDeAgosto#
Un saludo a todos.
2 comentarios
José Manuel -
La pobrecita mia cuando llego a S. Fdo. (con los musculos frios) creia que la iba a tener que subir a casa en hombros jajaja, una Sra Jabata.
Pero la verdad es que fué una muy buena marcha, y con una tambien muy buena compañía. Un saludo
joprivi -
Saludos