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DRESSLER. El Blog de las Carreras Populares

MAURI CASTILLO, EL APATRIDA MAS RAPIDO DEL PLANETA.

SE MARCHO DE CUBA PORQUE NO PODIA MAS.

Era el mejor fondista de la historia del país caribeño, pero no tenía libertad.

En Sevilla demuestra que su especialidad es el 800, la que no le dejaron hacer.

Los tentáculos del ‘Comisionado Nacional’ de Cuba le quitaron un dorsal en España.

                               

Su ‘Terminal’ es una pista de atletismo a la que dar dos vueltas. Mauri Castillo (Cuba, 1984) cambió el país caribeño en junio de 2010 por Sevilla. Hastiado de “imposiciones y de falta de libertad”, aprovechó los Iberoamericanos de San Fernando para poner pies en polvorosa.

Atrás quedaba el mejor fondista de la historia de su país de origen, contra su voluntad. Castillo es el plusmarquista absoluto de Cuba en 1.500 (3’38’’88) y 3.000 (7’58’’03), además del recordman junior de 5.000 y medio maratón. “A mí lo que mejor se me daba era el 800, pero no me hicieron caso”, comenta el atleta. “Allí todo lo elige el ‘Comisionado Nacional’ y él dijo a mi entrenador que yo era muy lento para el 800, que era muy viejo y que no tenía nivel deportivo”. Además, “como estaba entrenando para 5.000, no podía bajar de 1’48” en 800 y utilizaban ese argumento para no dejarme correr en la especialidad”.

Mauri Castillo no desesperó. Aprovechó la coyuntura para echar raíces en Sevilla, el principal foco nacional del 1.500 en la actualidad. “Fui a hablar con Paco, mi entrenador, a la Cartuja y me dijo que sin problemas”. Allí, le esperaban dos jinetes de excepción, Luis Alberto Marco y Kevin López. El deportista buscó piso y comenzó la contrarreloj de su vida.

Un dorsal quitado a la fuerza
Los tentáculos del ‘Comisonado Nacional’, ahora “en la cárcel por malversación de fondos”, llegaron hasta Andalucía por correo ordinario. Castillo se disponía a participar en una carrera popular, una de sus fuentes de ingresos, cuando le quitaron el dorsal por no tener papeles. Estos no tardaron en llegar y tras casi dos años de asilo político comenzará los trámites para la nacionalización.

“Gané la San Silvestre de Córdoba y todo el mundo me trató fenomenal”, se enorgullece Castillo, enrolado en las filas del Playas de Castellón. Entre sus compañeros de entrenamientos, su club y Pineda, su mánager, la adaptación del chico está siendo extraordinaria. “Le dije a mi representante que este año estoy mejor que el pasado y que pienso correr en 1’44” el 800”.

Sin freno de mano
El atleta ya dio el do de pecho cuando Antonio Reina necesitaba hacer la mínima mundialista y sus paisanos Kevin López y Luis Alberto Marco se prestaron a ayudarle. Castillo no quiso ser menos. La primera vez llevó gran parte del peso de la carrera para ayudar al recordman español, lo que no le impidió terminar en 1’46’’76. En la segunda, se puso detrás de Reina para soltar después un latigazo y parar el crono en 1’45’’11. “Hice el paso a 52 y tenía la sensación de ir andando”, confiesa antes de reiterar su sueño de algún día poder bajar de 1’44”.

En Sevilla estuvo de entrenador de unos niños que lo adoraban. En las calles y en cada carrera todos los populares se acercan a saludarle. Este licenciado en ‘Cultura Física’ (estudios análogos a INEF) tiene que buscarse las habichuelas al no poder competir en los grandes eventos nacionales e internacionales: Europeos, Mundiales, Juegos. Su lucha y talento le abren las puertas de su sueño. La ausencia de una bandera se las cierra. El ‘síndrome de Navorski’ se puede llevar por delante a un gran deportista, en su mejor momento. Pero el no pierde la fe. Antes o después, Mauri Castillo volará. Lo lleva en la sangre.

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