Blogia
DRESSLER. El Blog de las Carreras Populares

II TRAIL PINARES DE ROCHE

II TRAIL PINARES DE ROCHE

Este fin de semana tocaba trail. No es una especialidad en la que participe con normalidad, pero se lo había prometido a uno de los organizadores y allí estaba.

El Club de Atletismo de Conil, con Sebastián Alba entre ellos organizaba la segunda edición del TRAIL PINARES DE ROCHE, una prueba de 22 kilómetros por las pistas y carriles que existen en los Pinares de Roche, en la localidad de Conil.

La mañana se presenta un poco rebelde para este tipo de pruebas, ya a las 9 de la mañana rondábamos los 20 grados de temperatura, y el viento de levante empezaba a apreciarse, cosa que después se agravaría, por lo menos en lo que a mí me afectó.

Sobre las nueve de la mañana estaba ya en la zona de El Colorado, donde estaba instalada la línea de salida y meta para recoger dorsales y hablar con unos y otros.
Unos trescientos corredores y marchadores nos dimos cita, entre ellos, la inmensa mayoría de los habituales de este tipo de prueba, por eso, aunque sí había conocidos de las carreras populares, como yo, que queríamos probar cosas nuevas, la mayoría era “de trail”, además se veían en muchos que iban pertrechados para ellos.

Entre los conocidos destacar a  la campeona Esther Córdoba, que aunque una de las mejores corredoras de la provincia en esta especialidad, en esta ocasión sólo venía de acompañante y a echar en rato. Masé también se encontraba entre los participantes, otra, que aunque no lo dice, es una buena corredora de trail. Y por otro lado los incombustibles de Paco Pepe y Luis Parodi, que allí donde hay una carrera allí estaban, y eso que el día anterior ya estuvieron en la Carrera Popular de Los Toruños. y por supuesto sin olvidar a Lali y Miguel, otros que ya son de los habituales..

Por parte del Club, Kike, otro incombustible, Vero del Campo que participaba por primera vez en un trail además de Masé, y otros corredores.

La organización no dejó de sorprenderme en ningún momento, de 11 sobre 10. Ya desde la recogida de dorsales se veía que estaban bien preparados, con ilusión y habían tenido los medios que se necesitan. Un par de stand para dorsales y cronometradores, stand de empresas colaboradoras y, por supuesto, una buena barra de bar, que después de la carrera haría falta.

Sobre las diez de la mañana dio comienzo la prueba. Salimos en dirección a la pista central de acceso a la playa y desde ahí a todos los caminos que existen por los pinares. El piso, casi en su totalidad por tierra y sobre todo arena, que por momento se hacía pesada para los corredores, sobre todo para los que íbamos por detrás, pues ya estaba más que pisoteada.

Mientras íbamos por los pinares, por las sombras, ni el calor ni el viento se notaban mucho, por las zonas de descampado quizás algo. Al llegar a la zona del acantilado, sobre el kilómetro diez de carrera, ahí si se hizo notar, a partir de este momento el viento de levante, que reinó durante toda la mañana, se hizo bastante fuerte y pesado, haciendo mella en los corredores, por lo menos en lo que a mí  se refiere. Quizás por hacer ese viento que hizo el calor no se notó tanto, claro que todo el viento, de frente en la mayoría del tiempo, hizo que los corredores llevásemos casi siempre la boca seca, pero puntos de avituallamiento y agua siempre había disponible para los corredores.

A mí la carrera se me hizo muy dura. No estoy acostumbrado a este tipo de pruebas, salí los primeros kilómetros a un ritmo casi igual que una carrera popular de 10 kilómetros, primer error, tenía que haber ido más despacio al principio, lo pagué después. Después el piso, lo que es correr por arena a mí me incordia bastante y tercero el levante en contra mucho tiempo del recorrido. Pero vamos, había que terminarla.

Ya desde el kilómetro 6 ó 7 empecé a vislumbrar que iba a sufrir, así que me lo tomé con calma, y si en algunos momentos, como así fue, tuviera que dejar de correr para trotar o incluso andar, así lo haría, sobre todo cerca de los puntos de avituallamiento, para intentar asimilar los líquidos lo mejor posible.

Curioso fue el paso por el vado del pequeño río que atraviesa los pinares. En un momento dado pasamos por debajo de un puente de uno de los viajes y ya seguimos durante casi un kilómetro por el vado, en algunos punto incluso por terrero embarrado, por si faltaba alguna dificultad más.

Durante la carrera aproveché para admirar el paisaje, sobre todo en la zona del acantilado y faro de Roche, donde, en días nítidos se puede observar la costa del Norte de África. Asimismo iba charlando con algunos corredores a los que adelantaba, al principio, o me adelantaban a mí, que pasó más que lo primero.

Durante la carrera los puntos de avituallamiento, cada 3 ó 4 kilómetro aliviaron bastante la sed de los corredores. Curioso el puesto del kilómetro 14, donde además de la típica fruta, agua e isotónica, la organización nos deleitó con una cervezas fresquitas, sin y con alcohol, de las cuales yo no hice uso, pero me costa que algún que otro corredor sí lo hizo, verdad Paco Pepe.

Durante los últimos dos kilómetros de carrera, fui junto a José A. Cubiles e Irene Román del Club Divina Pastora y yo, para finalizarla. Después de estos dos kilómetros corriendo y a buen ritmo, dentro de lo que cabe, pasamos por el arco de meta, 2 horas 40 minutos marcaba el electrónico, la aplicación del teléfono me dio 22,6 kilómetros, que se hicieron, por momentos, interminables.

En la línea de meta el speaker animando a los corredores y una medalla para cada corredor finisher de la prueba, agua, isotónica y fruta, además de la bolsa del corredor con la que nos obsequió la organización, camiseta, spray protector solar, barrita energética y el vale para la comida y bebida que se degustaría a continuación. La zona prevista para el fin de carrera ya muy repleta de corredores y familiares. Mientras descansamos un poco charlamos con unos y otros y comentamos la prueba. Ducha en el campo de futbol de El Colorado y a esperar para reponer fuerzas.

Entre tanto no empieza la entrega de trofeos, la organización empieza a hacer los sorteos de regalos, muchos y algunos muy curiosos, como es el caso de cajas de verduras de la huerta de Conil. Tras la entrega de trofeos, se empieza a repartir la comida para los corredores, unas bandejas con “papas aliñás, carrillada y bebida para recuperar fuerzas.

Tras la entrega de trofeos se continúa con la infinidad de regalos que se iban a regalar, como siempre para mí pasaron de largo.

En el siguiente enlace las CLASIFICACIONES, tanto a nivel general como por categorías.

Fotos en el siguiente enlace:

FOTOS ERMANUE

Y poco más que contar, muy buena mañana de carreras, dura, sí, pero entretenida y exigente y mejor mañana en lo social, pasamos un buen día.

1 comentario

Irene Roman -

Una bonita experiencia para el recuerdo, que ya pasado varios días de aquellos, hace que la memoria olvide lo malo y nos quedemos con lo bueno. Asi que el año que viene repetimos, no???