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DRESSLER. El Blog de las Carreras Populares

XXXIII MARATON DEL PAVO (ESPERA)

XXXIII MARATON DEL PAVO (ESPERA)

Como es tradicional para celebrar el día de Reyes, el Ayuntamiento de Espera, localidad cercana a la sierra gaditana, entre otros eventos organiza la tradicional Carrera Popular denominada "Maraton del Pavo", este año en su trigésimo tercera edición, una prueba dura, muy exigente, de 16 kilómetros de recorrido, que transcurre por las carreteras que circundan la localidad.

Para eso, y dado que la prueba principal en la que íbamos a participar no era demasiado temprano, a una hora prudente, en compañía de gente del Club nos trasladamos a la localidad. Allí aparcamos en, como no podía ser de otra forma, en una de las infinitas cuestas que tiene el pueblo.

Una vez repuestas fuerzas con el correspondiente cafelito con leche y una tostada de campo, rociada con el típico aceite autóctono de la villa, nos dispusimos a recoger los dorsales.

Dada la fecha en que se celebra la prueba y la exigencia de la misma, la afluencia de corredores no es muy numerosa, y este año, quizás, algo menos, una vez eliminados los premios económicos que antaño existían; pero como ésta es una prueba interesante y con el pueblo volcado algunos corredores no nos quisimos perder la cita.

Por allí estaban, además de los compañeros del Club, Esteban, Pepi, Belén, Luis Beato, Luis Torres y Paco Garri, otros del Divina Pastora de Cádiz, Rábita Ruta de Rota, alguno del Maratón Jerez y otros tantos de la zona.

Una vez dorsales colocados y cambiados con la ropa de combate, nos dispusimos a calentar un poco, aunque tampoco hacía falta mucho, la propia carrera nos arreglaría el cuerpo.

Tras las carreras infantiles, algunos juegos típicos, carreras de huevos duros, etc., daría comienzo la prueba, ésta tras un minuto de silencio en memoria del niño fallecido el día anterior en la Cabalgata de Reyes en Málaga.

Tras la salida, empezamos a correr, en esta prueba los corredores no empezamos a salir despavoridos, como en otras, había que correr más con cabeza, la distancia era larga y dura.

Durante la carrera principal, los juegos infantiles se iban a seguir sucediendo.

Los corredores de “élite” pronto tomaron la cabeza de la prueba y salieron a hacer su carrera. El montón nos limitamos a hacer la nuestra, a devorar kilómetros y a pasarlo lo mejor posible.

Los primeros dos kilómetros Luis Beato, Belén y yo estuvimos juntos, pero pronto Belén se fue, sus posibilidades y sus intenciones eran distintas a las nuestras.

Luis y yo, tras dejarla ir, hicimos toda la carrera juntos, pero con Belén siempre a la vista, una veces más cerca, otras más lejos.

Hicimos una carrera bastante inteligente y sensata, a un ritmo aproximado a los 5 minutos el kilómetro, un poco conservadores en las subidas y no haciendo demasiados dispendios en las bajadas.

Utilizamos todos los puestos de avituallamiento, que los hubo muchos, gajos de naranja y agua, que nos repondrían de las fuerzas que íbamos gastando.

Toda la carrera fuimos prácticamente al mismo ritmo, sin pegar tirones que nos desgastarían ni bajar demasiado que nos ralentizaran.

Elogiar y agradecer a todos los vecinos que nos íbamos encontrando por las carreteras solitarias que cruzábamos, que con sus gritos de aliento nos ayudaban a terminar.

En el kilómetro 14 empezaba la última y más temida subida, una cuesta de un kilómetro y medio aproximadamente, para la cual pusimos un ritmo machacón que nos llevaría hasta el pueblo. Unos quinientos metros antes de meta el terreno ya se allanaba, solo quedaba llegar. Entre los últimos metros de la subida y este llano apretamos un poco, con intención de alcanzar a Belén y entrar juntos en meta, cosa que conseguimos unos cien metros antes de terminar.

El tiempo, inmejorable, mejor incluso que mis mejores intenciones, 1h19m32”, la distancia total 15.490 metros a una media de 5’08” el kilómetro, lo que me representa una mejoría de más de ocho minutos con respecto a mi anterior y única participación en esta prueba.

Tanto en los metros finales como en la meta nos esperaba mucha gente, animando y aplaudiendo a los corredores. Tras la línea de meta, regalo de una bolsa con obsequios y productos típicos de la localidad y, como en toda la carrera, toda el agua que necesitáramos. Entre los obsequios dos  pequeñas botellitas del aceite típico del pueblo “Molino de Espera”, etiquetados como edición especial para la carrera.

Tras estirar un poco y esperar la llegada de los últimos corredores, la entrega de trofeos, que no se hizo esperar. Entrega de trofeos rápida y entretenida y como colofón, Belén, primera mujer de la general, fue obsequiada con el tradicional Pavo, característico de la prueba.

Ya solo quedaba ducha y prepararnos para el siguiente acto importante del día, como continuación de la carrera.

En el local social del Ayuntamiento, el pueblo, volcado con los corredores y familiares, nos tenía preparada la típica comida de la prueba, guiso de garbanzos, picadillo, chorizos del pueblo, todo regado con cerveza a “destajo”, vino y todos los refrescos que quisiéramos. Algunas jovencitas, haciendo gala del pavoneo propio de la edad, con esos tacones que parece que nos miran desde lo alto, y con las cuestas y adoquines de las calles del pueblo, tuvieron serios problemas de permanecer de pié, sobre todo después de las cervezas que se tomaron algunas de ellas.

Llegamos a la hora, mucha gente había empezado ya a comer así que no tuvimos que esperar cola, nos dividimos, unos cogimos el potaje, otro el picadillo, pan cubiertos, cerveza o refrescos para todos y empezamos.

Comimos entre charlas, comentarios sobre la carrera, elogios de gratitud a la gente del pueblo, por cierto, ataviadas con sus mejores galas, algunos platos más de garbanzos llegaban a la mesa, los viajes por vasos de cerveza se sucedían, decir que a estas alturas del día el sol reinaba primavera, así que hacía que la cerveza fluyera con facilidad.

Como también circulaban botellas de manzanillas, a alguno se le pasó por la cabeza hacer un “rebujito”, recuerdo de la feria, así que ya lo alternábamos con la cerveza. Decir que alguno, o por error o por fruto de la cerveza, se hizo un rebujito con Nestea, pensando que era otra cosa, y la verdad, no estaba bueno del todo, pero asumió su error y se lo bebió, total…..

Tal era la cantidad de cerveza que teníamos a nuestra disposición y la amabilidad de las gentes que la servían, que en las postrimerías de la comida ya no hacía falta que fuéramos a por ellas, nos las traían a la mesa. En estos momentos, cuando la afluencia de gente era menor, inmortalizamos el recuerdo con algunas fotos con miembros de la organización de la comida, a la que agradecimos todo el esfuerzo que han tenido que hacer, así como felicitarles por el resultado de la misma.

Finalizada ésta, nos sentamos en una terraza, para el correspondiente café, allí partimos el tradicional roscón de Reyes, para a la vez, felicitar a Belén en la festividad de su Santo, hoy tenía muchas cosas que celebrar. Allí seguimos con las risas, fotos, hasta que el sol empezó a caer y el fresco de la sierra en una tarde de invierno nos invitaba a terminar la velada, agradable velada.

Hay fotos de la carrera y posteriores actos en el siguiente enlace: FOTOS

Ya solo quedaba el camino de vuelta y esperar una nueva oportunidad, el próximo día de Reyes, de volver a Espera.

1 comentario

José Gómez Contreras (Atletismo Ciudad de Arcos) -

Buenas tardes Sebas: He coincidido contigo en varias carreras populares y no sabia que escribias en un blog y además describiendo y redactando tan bien los eventos de las carreras. Desde ahora te seguiré en tus comentarios descriptivos y amenos de las carreras. Muchas gracias por tus aportes.