XXIX CROSS INTERNACIONAL DE ITALICA Y POPULAR DE SANTIPONCE

Hoy era un día especial. Se celebraba en la localidad Sevillana de Santiponce, en el marco incomparable de las ruinas romanas de Itálica el vigésimonoveno Cross Internacional que lleva su nombre.

Con motivo de la próxima celebración del Campeonato del Mundo de Cross en Punta Umbría, este año el Cross de Itálica era una prueba de fuego para los más importantes corredores del mundo en esta especialidad, por eso la afluencia era de la “crème de la crème” mundial.

Paralelamente a la celebración de esta prueba, tanto en las categorías masculina y femenina, organizadas por la Diputación de Sevilla, con la colaboración de la Federación Española de Atletismo, se celebran las pruebas populares, desde las categorías inferiores hasta las de veteranos. Y como no queríamos faltar a esa cita allí estábamos más de 4000 corredores inscritos para las diferentes pruebas. Corredores venidos de todos los rincones de Andalucía.

Como la prueba en la que íbamos a participar había sido programada en el calendario para las 12 y media de la mañana, sobre las 10 salimos del Puerto, en compañía de unos amigos y mi hija Laura, hacia la localidad de Santiponce, donde llegamos sobre las 11 y cuarto.

Hubo que dar un par de vueltas para aparcar, debido a la afluencia de gente, unas venidas para ver las ruinas y espacios culturales y otras, la gran mayoría, para participar en las pruebas de cross o simplemente para ver el espectáculo deportivo.

Así minutos después ya estábamos en las inmediaciones del circuito, donde ya se estaban celebrando algunas de las pruebas de los más pequeños. El espectáculo era impresionante, a las correspondientes carpas de la organización, cronometradores, patrocinadores, etc., había que sumar una pantalla gigante que los encargados de las retransmisiones por televisión habían instalado, por la que se podían seguir las pruebas in situ. Además muchos de los clubs congregados para participar también tenían montadas sus carpas y veladores donde las viandas y refrescos para después de la prueba descansaban esperando el momento de ser consumidas.

Así, calentando de acá para allá fue llegando el momento de nuestra prueba. Unos minutos antes nos fuimos concentrando en la zona de salida de la prueba, donde, además de los últimos calentamientos pudimos ver en directo y de cerca las últimas evoluciones de la prueba Internacional femenina y la lucha encarnizada entre las keniatas Linet Masai y Vivian Cheruyot, grandes favoritas para la victoria final, victoria que se llevó la segunda por tan solo 3 segundos de diferencia.

Una vez finalizada esta prueba, y a las órdenes del juez de salida, con bastante orden, para la cantidad de gente que estábamos congregados, empezó la prueba.

Estaban previstas 2 vueltas a un circuito de 3500 metros. La salida fue muy cómoda, debido a la anchura considerable del carril de salida, pero se estrechaba a unos 200 metros aproximadamente, a su paso por el lago, lo que obligaba a, si no te habías colocado demasiado delante, a sufrir un pequeño parón y seguir casi al trote, así, unos 300 o 400 metros, mientras se pasa por el bosquecillo, que linda la parte norte del circuito.

Así, entre tirones y arreones, íbamos consumiendo metros, unos más rápidos que otros. El circuito, aunque aparentemente no lo pareciera, tenía una dureza, aunque no demasiado considerable, sí importante, por lo menos para la gran mayoría de corredores, pues aunque parecía llano, tenía unos repechos y unas bajadas que iban haciendo mellas en las piernas.

Durante todo el recorrido del circuito, la gente no paraba de animar, la afluencia, como he dicho antes, era bastante importante, donde propios y extraños se agolpaban para ver la carrera.

Casi sin darnos cuenta habían pasado unos minutos y pasábamos por primera vez por la línea de meta y los sonidos inconfundibles de los sensores de los chips que llevábamos en nuestras zapatillas daban buena prueba de ello.

Comenzábamos la segunda vuelta, donde ya cada uno estaba colocado en su sitio, y solo quedada que seguir adelante, adelantar al que se pusiese a tiro e intentar que el que viene por detrás no lo consiguiera.

Cuando menos no lo esperábamos estábamos en la última bajada hacia la línea de meta, volvíamos a escuchar los chips y giro a la derecha para pasar por debajo del precioso arco -al estilo romano, como no podía ser de otra forma- que se había instalado como meta.

Ya solo quedaba reponernos de líquidos necesarios, pues el día aunque no era caluroso, tampoco era propio de la época en que nos encontramos. Regalo de una camiseta técnica y una gorra obsequio de Coca-Cola.

Así empezábamos a salir de los límites de la pista para empezar a charlar con amigos y familiares de la experiencia de la carrera. Mi carrera fue como esperaba, más lenta que una carrera popular sobre asfalto, pero algo más rápida que el último test que realicé en el Pinar de la Barrosa, para los 6.900 metros que al final se recorrieron, invertí un tiempo de 34m.45s. Saliéndome una media de 5 minutos el kilómetro.

Algunos amigos, yo y mi hija, que ya se había incorporado con nosotros después de hacer un sinfín de fotos, nos quedamos en la salida de la pista, pues presumíamos, como así, fue que sería el mejor lugar para ver la prueba reina de la mañana, el Cross Internacional, donde corredores como Joseph Ebuya, actual campeón del mundo de Cross y Leonard Komon, vencedor de esta prueba el último año, nos ofrecerían un buen espetáculo.

De esta forma, comenzaba la carrera. Un puñado, pequeño pero selecto se disponía a tomar parte. Además de los reseñados Chema Martínez y Juan Carlos Higuero estaban entre los participantes. Elogiar la participación de los corredores amateurs que, debido a sus marcas en sus participaciones en los cross populares, habían sido invitados por la organización para participar en la prueba Internacional, entre los que se encontraban los gaditanos Antonio J. Pérez Romero y José Ruiz Morales.

La prueba, como se refleja en toda la prensa deportiva a nivel nacional, fue expectante de principio a fin, siendo dominada, de cabo a rabo, por los corredores keniatas. Estaban programadas cinco vueltas aun circuito de 2.200 metros, para completar 11 km.

Ya desde la tercera vuelta, el gran favorito a la victoria final Josep Ebuya se fue quedando rezagado de los dos que al final pelearon por la victoria final Leonard Komon y Mathew Kisorio, todos keniatas.

En la última vuelta, Komon, conocedor que el sprint final no es su fuerte, realizó un cambio de ritmo al cual Kisorio no le pudo seguir. Al final 8 segundos fue la diferencia obtenida al por el vencedor.

Como estábamos colocados en las inmediaciones de la pantalla de televisión instalada pudimos seguir toda la prueba, tanto en directo en las inmediaciones de la llegada, donde estábamos colocados como por la pantalla.

Como también suponíamos que la salida de los corredores se efectuaría por allí, nos quedamos en las inmediaciones, para intentar cazar alguna foto con los corredores.

Después de recuperarse, entrega de trofeos y, suponemos, cumplimentar a la prensa y a la televisión, los corredores empezaron a salir. Los primeros fueron los populares invitados, con los que echamos unas palabras y nos hicimos unas fotos de recuerdo.

Ya más tarde empezaron a salir los internacionales. Uno de los siguientes fue Ruben Alvarez, con el que nos fotografiamos y charlamos sobre la prueba.

Como seguíamos esperando, ya llegaron los platos fuertes, y a los gritos de “Photo, please”, de algunos de nosotros se acercaban para corresponder, así nos hicimos fotos con algunos de los corredores y corredoras keniatas participantes en la prueba.

Fotos todas ellas que podeis ver en el siguiente enlace a mis albumes de fotos.

 http://picasaweb.google.com/dressler11/XXIXCrossIntItalicaYPopularSantiponce2011#

Como veíamos que los vencedores de la prueba no salían, y debido a la hora que se nos echaba encima, decidimos marcharnos pues había que comer algo y emprender el viaje de vuelta.

Ya en la salida de las instalaciones de Itálica, nos encontramos con Juan Carlos Higuero, campeón de Europa en Birmingham en 2007 y medalla de bronce en los mundiales de 2008, que nos atendió muy amablemente durante unos minutos, charlamos y nos fotografiamos con él. Asimismo nos firmo unos autógrafos en las gorras que momentos antes nos habían regalado.

Estas fotos también las podéis ver en el enlace anterior.

Y así, terminamos la mañana deportiva, aunque ya nos había metido en cerca de las cuatro de la tarde.

Allí mismo en Santiponce nos dirigimos a la Pizzería “Don Vito”, donde recuperamos algo de fuerza y emprendimos el viaje de vuelta. Y nada más que contaros, que ha sido una experiencia muy interesante la vivida entre las ruinas de Itálica, pudiendo disfrutar de una mañana muy deportiva, en la que el tiempo nos acompañó en todo momento y la que tardaremos el olvidar.

Un saludo a todos.