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DRESSLER. El Blog de las Carreras Populares

XXXI MARATHON DEL PAVO.- ESPERA

XXXI MARATHON DEL PAVO.- ESPERA

Comienza un nuevo año deportivamente hablando, y como hemos sido buenos, los Reyes Magos nos trajeron una carrera en Espera, uno de los pueblos de la "Ruta de los Pueblos blancos", con algo más de 4000 habitantes, 123 km2 de extensión y a una altitud de 164 m.

Decir antes que nada que me quedé sorprendido con las instalaciones deportivas que posee el ayuntamiento en la parte baja de la ciudad, siendo una localidad de pocos habitantes tiene unas pistas de césped artificial y un pabellón deportivo bastante aceptables. Se nota que aquí se le da al deporte la importancia que tiene, claro, hay que estar en forma para poder subir y bajar tantas cuestas como posee el pueblo.

En este día de Reyes, donde la climatología nos regaló un precioso día, fresco al amanecer, ideal para la práctica del atletismo y soleado más tarde, se organizó el famoso Marathon del Pavo de Espera, en esta ocasión en su trigésima primera edición.

Por todos es sabido de la dureza de la prueba, no ya por la distancia, 16 kilómetros y medio, sino por las constantes subidas y bajadas que nos ofrece, al celebrarse la carrera en los aledaños de un pueblo situado cerca de la sierra, máxime cuando acabamos de terminar unas fiestas navideñas donde el que más y el que menos, además de no estar al 100 por 100, trae unos kilitos de más. Quizás por eso y por celebrase el día de Reyes, la participación no fue lo numerosa que lo es en otras carreras o en esta misma otros años, pero no obstante los que tuvimos la suerte de poder ir pasamos una mañana muy agradable.

Decir que antes de la prueba principal se celebraron las carreras de las categorías inferiores, hasta juvenil.

En los prolegómenos de la carrera un comentarista y cámara de la Televisión de Espera se dirigieron hacia nosotros, donde un grupo de compañeros del Club nos preparábamos para calentar, para hacernos una entrevista y efectuar algunos comentarios sobre la carrera.

Así a las doce de la mañana, como estaba previsto, se dio el pistoletazo de salida y alrededor de unos 100 corredores nos pusimos en marcha. Se notaba la dureza de la prueba ya desde el inicio, no por las pendientes del pueblo, que las tiene, sino porque la inmensa mayoría de los corredores nos lo tomamos con mucha calma.

Después de un pequeño recorrido por el pueblo, ya nos dispusimos a salir de él y empezar a recorrer las carreteras rurales que lo rodean, y con ellas empezamos el continuo sube-baja de la carrera. Empezamos cogiendo la A-393, una carretera asfaltada con más subidas que bajadas que era una buena toma de contacto con la prueba, significar que ya en el kilómetro 3 te empezaban a ofrecer agua, señal inequívoca que la organización sabía que la íbamos a necesitar.

Así llegábamos al kilómetro 6 y medio, donde dejábamos la carretera y empezamos un camino de tierra por las fincas de la comarca, con una pendiente ligeramente descendente, hasta llegar al paraje conocido como San Bernardino, donde retomábamos otra vez la carrera sobre asfalto.

Y ahí empezaba el último tramo de la carrera, donde las subidas y bajadas volvían a alternarse, así hasta aproximadamente dos kilómetros para la llegada a meta, donde una larga cuesta y por momentos bastante pendiente, conocida por todos los corredores, era el suplicio final.

Ya una vez en el pueblo, los aplausos y gritos de ánimo de los vecinos te alegraban los aproximadamente 200 metros, y en bajada, hacia la línea de meta, donde te podías, incluso, de permitir el lujo de apretar para que te vean de lo más fresco.

Decir a favor de la organización que el avituallamiento de agua y gajos de naranja no faltó durante toda la carrera, y si encima te lo ofrecen una buena cantidad de jovencitas guapas y simpáticas, tanto mejor. Asimismo a la llegada a la meta se nos entregó una bolsa de regalo, con la que nos obsequiaron, además de la camiseta conmemorativa, un par de molletes típicos de la tierra y una jarrita de aceite de oliva como recuerdo de la prueba.

Con el resultado de la prueba se puede observar la dureza de la misma, pues para los casi 16 kilómetros que al final se realizaron, invertí un tiempo de 1h 27 min. evidentemente a una media mucho más lenta que otras, pero había que tomárselo con calma.

En la entrega de trofeos se notó que la crisis también va haciendo mella por estos lares, pues la famosa entrega de los pavos a los ganadores quedó reducida a uno solo al vencedor de la prueba el marroquí Hamid el Mouaziz, que con 54 min. 31 seg. fue el más rápido en llegar a meta y además del pavo se llevó sus 300 €. La vencedora en la categoría femenina fue María Belmonte, que también se llevó su dinerito en metálico.

Y al final de la prueba después de la correspondiente ducha en el pabellón de deportes, la organización nos tenía preparada la famosa comida de la carrera, picadillo de tomate y atún, potaje de garbanzos con acelgas y chorizo picante, todo regado con cerveza a “pajera abierta”, vino fino y Nestea para los que quisieron.

Y así de esta manera de hacer afición, nos dieron las cuatro de la tarde y nos dispusimos a despedirnos y emplazarnos para el fin de semana, donde unos a Chiclana, otros a Écija y otros Dios sabe donde, echaremos un rato.

Comentaros que como siempre, en el siguiente enlace hay fotos de la prueba.

 http://picasaweb.google.com/dressler11/XXXIMaratonDelPavoEspera2011#

Un saludo a todos.

 

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